No puedo negar que todo comienzo es dificil, toda etapa que se inicia trae de la mano, una magia que encanta y embriaga. Pero, trae consigo una carga y una responsabilidad que no siempre sopesamos, sino hasta el fin.
Y el fin de una etapa, o mejor dicho, el fin de una relacion, es lo que quiero traer a colacion. Es ese acontecimiento el que sin duda nos causa dolor y sufrimiento o bien alivio y tranquilidad.
Hay que decir, que durante nuestra vida, nos encontramos en varias ocaciones frente a esto, muchas veces somos aquellos quienes nos desvinculamos por no ver futuro, o bien, por agotarse la llama que inflamo nuestro ser y que nos llevo a "arrejuntarnos" con el otro.
A su ves, hay ocasiones, en que es el otro, de manera sorpresiva (rapido y sin dolor nos apartan) o bien lenta y agonicamente nos van dejando. Ambas duelen, ambas marcan, y de ellas lentamente nos recuperamos.
La idea a la cual quiero llegar es que siempre es doloroso perder a quien amamos, en quien depositamos la confianza y la esperanza en algunos casos. Triste es ver a quien un dia amamos, como nos descarta, nos deja de lado, perdiendo ese sitial de honor o privilegio. Y, enoja saber que no se nos valora lo suficiente, para dar la cara y asumir todas las responsabilidades y en definitiva todas las culpas.
Esta claro, que a esta altura, la necesidad de poner en claro todo ya se perdio. Pero, y ese el gran punto, ese pero, el otro jamas sabra que lo que un dia tuvo, lo que generosamente se le regalo y desecho, no lo volverá a conocer. ¿Por que?, simple, cada uno de nosotros, cada ser humano es diferente al otro, cada uno en estas circunstancias es una joya la cual no se compara con la otra y por ello cada ves que se rechaza tan magno regalo, es quien lo rechaza el que lo pierde y da la oportunidad al siguente de conocer y apreciar en toda su plenitud, aquel regalo.